LA PROFECÍA DE MI PADRE.
Nací en York, en el año 1632. Mi vocación era el mar.
Pero mi padre, un hombre que tuvo fortuna en los
negocios, siempre se puso a ella tenazmente. A los
dieciocho años, yo no tenía ninguna profesión y mi
sueño era solo navegar.
Una mañana, mi padre, ya casi anciano, me llamó a su
gabinete y me preguntó por que tenía esa locura, cuando
podía desarrollar en mi tierra un buen negocio y una vida
agradable. Me dijo que no era necesario que me hiciese a la mar
para ganarme el pan, ya que el podía darme una profesión. Y,
finalmente, recordó a mi hermano, quien había muerto en los
Países Bajos, y a quien le había hablado como a mí, en
su caso para convencerlo de que no cometiera la insensatez
de irse ala guerra. Se conmovió mucho al recordar esto y las lágrimas
rodaron por su cara. Si yo también daba el mal paso, dijo,
Dios no estaría de mi parte.
IMAGEN DE ROBINSON
CRUSOE.
IMAGEN DE ROBINSON
CRUSOE.
VIDEO DE ROBISON CRUSOE.
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